Tan Solo Fui Programada

Capitulo 1

Tan solo fui programada

Claramente el titulo deja un poco de intriga. En este primer capitulo me refiero a mi misma como un robot. Así es un robot. Pues eso me considere por mucho tiempo durante los años donde mi mayor sueño, anhelo y expectativa era ser admirada y ama por todo el mundo. Es decir quería encajar en la sociedad a como fuera. 

Primero les quiero decir que me estoy empezando a arrepentir de estar escribiendo esto. Por favor!!!!! Es un blog!!!!! ¿Quién en pleno 2023, después de una terrible pandemia que obligo a más de la mitad de la población a usar internet, se interesaría en leer un blog? Sinceramente creo que nadie, aunque aun existen y muchas personas pues si los utilizan, se deben de promocionar o demás para poder hacer que lleguen a muchas más personas. Cosa la cuál no puede hacer ya que mi identidad tiene que seguir siendo anónima. Podría promocionar esto en mis redes sociales, pero inmediatamente mis enemigos y conocidos a los que no les caigo demasiado bien comenzarían a hablar mal de mi y a tratarme como una basura. Por el momento seguiré escribiendo con la esperanza de que más de alguien encuentre mi blog mientras navega por internet, y le guste, le interese y se lo mande a más amigos y hacer que crezca poco a poco. Pero no creo que esto pueda suceder realmente. Aunque de igual forma lo haré. 


¿Soy un robot de la sociedad?

Si así es, estoy tumbada en la grama, bajo un árbol. Se preguntarán el por qué de esta situación, pero tengo que comenzar desde mi creación. Si así es… está será una larga historia, que espero te pueda gustar y te haga reflexionar para dejar de ser robots de la sociedad. Sí, he dicho robots. Yo soy un robot, mi nombre es Carolina. Me gusta que me llamen Caro o Cary. Me crearon el 26 de octubre de 2006. Por ello el nombre de mi experimento es 20-06. Te preguntarás, ¿cual experimento? Pues fui programada para no sentir dolor, no llorar, no amar ni sentir ninguna emoción, para ser buena estudiante y destacar. 

Al principio se podría creer que tengo una vida perfecta. Que este experimento me beneficia, pero es todo lo contrario. Crecí como cualquier humano haría y me escondí entre ellos. Los primeros años de vida fueron los mismos que cualquier bebé. Cuando cumplí 3 años, se empezó a ver la diferencia entre los demás.

Mi madre es una persona muy habilidosa, siempre encuentra una solución a los problemas. Estudio derecho y fue ahí donde conoció a mi padre. Ella nunca se graduó, pero no era eso lo que le gustaba. Lo que más le apasiona son las plantas, la naturaleza y las manualidades. Su cabello siempre fue corto con un flequillo. Era simplemente hermosa y me quiso como la mejor y la única hija. 

Estaba yo en el supermercado caminando con mi madre pude haber llorado por un juguete o simplemente un dulce. Pero no, mis ojos tiernos e inocentes se dirigieron directamente a un libro. ¡Sí, un libro! Imagínate estaba haciendo semejante berrinche por un libro. Una señora se acercó y le dijo a mi madre:

-Señora, no sea así con su hija. Cómprele el chocolate, no es demasiado caro. 

Mi madre tomo el chocolate y me lo dio. En ese momento ella aún no comprendía que mi mayor anhelo era el libro. Así que con mis medias palabras le expliqué lo que quería realmente. El libro era un poco costoso y nosotros no teníamos buena situación económica. Pero mi madre haría lo que fuera por mí. Ese fue mi primer libro, la primera señal que ese sería mi destino. 

Comencé a estudiar en mi casa junto a mi madre. Enseguida comencé a leer y escribir. Mi madre había estudiado para secretaria bilingüe por lo que era buena hablando inglés. A los cuatro años ya hablaba inglés con gran fluidez. Tenía un altísimo coeficiente intelectual. Pero nunca pensé que está sería mi mayor arma, como para lastimar a otros, como para lastimarme a mi misma.

Desde ese día algo en mi interior me dijo que tenía que ser la mejor en lo que hiciera. Cuando comencé a estudiar la primaria hasta la época actual me exigía demasiado de mi misma, noches estudiando, días trabajando, muchas veces no fui a las fiestas de cumpleaños de mis compañeros solo para poder estudiar para un examen y sacar la nota completa. Poco a poco me convertí en un monstruo, sí un monstruo. Era demasiado buena para las matemáticas y las ciencias exactas pero nunca para establecer una buena amistad con alguien en especifico. Siempre la abanderada, la buena estudiante, pero nuca la que tiene muchos amigos. 

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